25 de junio de 2008

Exilio otoñal.


Una y mil y todas tus cruces en el suelo.
Vas perdiendo tu dios, vas muriendo tu ilusión.
Y yo, yo voy prendiendo fuego tus huellas.
Uno y todos tus escapes van inundando de vacío la habitación.
Y todas las fotografías se evaporan en el polvo.
Vas desparramando tus texturas en el colchón.
Perdemos todas las llaves y otra vez.
Y yo, yo voy besando tus talones. Acomodando tu ausencia en la almohada, acostumbrando a las paredes a encerrarme y voy desabrochando el anochecer.
Una, mil y todas tus burbujas revientan entre el humo de mi cigarrillo.
Y mientras caminas, tus hojas caen quebrando la solidez del paisaje.
Vas silenciando tus pasos en el cuerpo ya acomodado del invierno sobre el asfalto.
Y yo, yo recojo tus hojas marchitas en mis muñecas.

No hay comentarios: