Me ahogaba y como humo se iba mi vida, mis tormentas, mis naufragios, mis caminos, toda la dulce intensidad de los años; todos los mordiscos del tiempo. Fácil de asesinar, toda la crudeza, toda la carne esfumándose. El vapor relamiendo el aire, llenándo todas las grietas del oxígeno en la habitación. Y mis labios, abiertos de par en par, tragándo todas las cenizas. Así se iba mi vida, y sin darte cuenta, tambien la tuya.Es el sentido del tacto. Nos chocamos por la necesidad de sentir al otro. De no creernos solos en el mundo, de llenar los espacios vacios que dejan las almas cuando caminan dormidas sobre la tierra.
1 de junio de 2008
Ahogo ya.
Me ahogaba y como humo se iba mi vida, mis tormentas, mis naufragios, mis caminos, toda la dulce intensidad de los años; todos los mordiscos del tiempo. Fácil de asesinar, toda la crudeza, toda la carne esfumándose. El vapor relamiendo el aire, llenándo todas las grietas del oxígeno en la habitación. Y mis labios, abiertos de par en par, tragándo todas las cenizas. Así se iba mi vida, y sin darte cuenta, tambien la tuya.
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