Es el sentido del tacto. Nos chocamos por la necesidad de sentir al otro. De no creernos solos en el mundo, de llenar los espacios vacios que dejan las almas cuando caminan dormidas sobre la tierra.
13 de mayo de 2008
De-lirio.
Le caminaba el hígado por la espalda, tenía colores de vanguardia. Y aún podía decir dónde quedaba el sol cuando el humo cegó sus ojos de ajedrez. Era Baigorria, era ciudad.
1 comentario:
la 3a foto es la mejor, el juego de luz y sombra, y la forma en como marcan el contorno me parece genial
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